sábado, 20 de septiembre de 2008

Comprender-amar al enemigo

Todo sistema de control (Mátrix) y la libertad (Matriz) existe en uno mismo como ser-mental-emocional. El sistema de control es el enemigo al que es necesario amar, conocer y comprender.

La sabiduría es: amad a vuestro enemigo.

El dogma religioso y la ley política son modelos mentales limitados y superficiales creados como señuelos para hacer olvidar a las personas la libertad consciente, su esencia, la verdad que hace libre.

Lo que controla, organiza y limita está para ser comprendido y superado.

En todo sistema de control, el control es necesario para "mantener el control, el orden y la organización", es decir, para que el sistema controle, ordene y organice.

El sistema dirige a los creyentes en él hacia donde le interesa.

El sistema ofrece todo tipo de servicios y comodidades a los creyentes para que sobrevivan, pues lógicamente el sistema sólo existe mentalmente gracias a la existencia de creyentes y su creencia mental (creyentes) en él.

Al tiempo los creyentes han de tributar al sistema y para ello trabajar para él. Los creyentes en el sistema cobran del sistema, si bien después han de devolverle un impuesto por todos los servicios.

Nunca es suficiente. Los creyentes siempre quieren más y se lamentan por pagar impuestos. Pero son los creyentes mismos lo que crean la necesidad de pagar impuestos al aceptar y usar los servicios del sistema de control.

El servicio del sistema de control no es amor, pues es interesado para que sus creyentes crean en él. El servicio del creyente al sistema de control no es amor, pues lo hace por necesidad y obligación.

Los creyentes se convierten así en enconados defensores del sistema mental de control, la fuente mental y material de sus recursos y de su supervivencia, de su vida.

"El que quiera conservar su vida, la perderá, pero el que por Mí la pierda, ese la hallará" (Mí= el Ser-Crístico, la Fuente).

El argumento del creyente en el sistema siempre es que el sistema es necesario. Lógicamente, pues para él es la fuente, y toda fuente es necesaria.

Sin embargo el sistema de control es una fuente mental, temporal y alternativa, pues siempre existe la Fuente esencial, eterna, real.

El propio sistema mental es la tapadera que hace olvidarse al ser-humano como crey-ente (creencia) del Sí Mism@ como ente, como la Fu-ente de la Esencia, el pozo sin fondo de las aguas de la sabiduría.

"De las entrañas de quien cree en Mí, manan ríos de agua viva" (la Fuente o Ser-Crístico).

Los creyentes y dependientes en el sistema de control, creen que lo contrario al control es el descontrol, y le llaman "libertinaje". Creen que la libertad (la verdad que hace libre) es estar controlado por dogmas religiosos y leyes políticas.

Sin embargo la corrupción y la delincuencia ("libertinaje") son frutos del árbol del sistema de control.

El sistema de control se basa en dogmas, leyes, normas y reglas: limitaciones mentales y castigos por su no cumplimiento.

Todo el que "se salta una regla" es porque salta más allá del cerco mental, a la libertad. Y para cada regla existe un castigo por su no cumplimiento.

La creencia en el control, la limitación y el temor al castigo son la puerta mental que crea el bloqueo emocional que encierra al alma en el nivel o dimensión 3D, es la puerta que bloquea al alma su divinidad y multidimensionalidad.

Es la puerta de la "penitenciaría humana" en la que el alma cumple su propia "penitencia" por olvido de la Libertad (o creencia en el sistema de control).

La Libertad es la Verdad que le hace libre.

Si desaparece mentalmente el sistema de control (no creer en él), desaparecen las leyes, los límites, los castigos y los temores, independientemente de que existan en otras mentes.

Es el ser-mental que cree en ellos el que se provoca a sí mismo la emoción de temor como ser-emocional. El ser-mental es el propio condicionante de sí mismo. Si no hay parámetros mentales, no se ejecuta ningún programa emocional destinado al bloqueo.

Así desaparece la puerta mental de la "penitenciaría" y sus muros, techos y suelos mentales.

Sin creencia queda la esencia, queda libertad, la verdad que hace libre, el espíritu (la diosa, dios, la perfección), y es esto lo que hace fluir al alma-mente-cuerpo, carente ya su mente de los parámetros mentales de control, fundida su mente en la mente espiritual.

Los creyentes en el sistema de control "descontrolan" porque no controlan su propio destino, sino que están controlados por el Dios-Control-Mental que les controla.

Los creyentes creen que cumplir el sistema de control les lleva a Dios en el futuro. Por eso su Dios en el presente es el sistema de control.

Los creyentes son conducidos como ciegos por el Dios-control al abismo o al crematorio, como en los campos de concentración.

Los creyentes en el sistema de control, lógicamente juzgan y rechazan todo aquello y aquellos que rompen las reglas de su Padre-sistema, pero que son las propias consecuencias del sistema, y éste está vivo mientras no es comprendido. Y para comprenderlo y superarlo es necesario no juzgarlo.

La sabiduría es: no juzgar.

El sistema de control existe en uno mismo como ser-mental. Es el enemigo al que es necesario amar, conocer y comprender.

La sabiduría es: amad a vuestro enemigo.

Un sistema organizado no tiene futuro ninguno porque sólo existe en el presente, pero a sus fieles les ofrece la creencia en el futuro.

Por ello sus fieles, al mirar y esperar al futuro, no descubren la trampa en el presente.

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