domingo, 28 de septiembre de 2008

El lema de Mátrix: "Divide y vencerás"

La historia de la Tierra está llena de historias sobre hundimientos de civilizaciones debido a sus mentalidades materialistas que no pudieron recordar la Sabiduría y alcanzar la Armonía, fueron destruidas por esas mentalidades, olvidadas de la Sabiduría.

Esas mentalidades son "Mátrix" creadas por seres inteligentes conocedores de la mente cuyos patrones mentales introducen en la mente de los miembros de esas civilizaciones y las controlan para su explotación y su propio beneficio para obtención de recursos energéticos y materiales, riqueza y ambición, como el oro, debido a que son seres carentes del cuerpo emocional que les conecte con la Esencia del Universo, el tesoro auténtico.

Así, los miembros de las civilizaciones, seres que sí son emocionales, pueden ser bloqueados en su acceso a la Esencia mediante esas mentalidades que imponen temores, y así se dejan engañar por ellas mientras les proporcionan todo tipo de servicios a los que convierten en su fuente de dependencia, la fuente falsa: la Mátrix.

La "Mátrix" por la que el género humano se deja controlar, inconsciente o conscientemente, es pura energía mental en 4D inferior que se sustenta en el colchón denso de la energía de la humanidad en 3D. Es un ventrílocuo con cuyos hilos mentales maneja a sus marionetas, adoptando una voz mental diferente para cada cual. Es la confusión de la Torre mental de Babilonia. Sus servidores son "iluminattis", "curas", "políticos"...

"Mátrix" es como una "gran ramera" cómodamente tumbada, que recibe el servicio de sus "esclavos" y se alimenta de los bienes materiales generados por ellos. Su sutento depende de la confusión de sus esclavos divididos entre sí, gracias al lema fundamente del DIVIDE Y VENCERÁS.

Por ello el lema de la Sabiduría salvadora para cada "esclavo" es "Conócete a ti mismo", para comprender que eres Ser en Unidad Universal con el Ser Universal. O "Conoce la Verdad y ella te hace Libre".

Los pocos servidores de Mátrix mantienen en la división a los muchos esclavos y estos se dejan porque lo necesitan por estar olvidandos del SER, la FUENTE ORIGINAL en la paradójicamente que siempre están sumergidos. Por la liberación de los seres emocionales consiste en el olvido de la Mátrix Mental, lo que supone el recuerdo de la Matriz Esencial.

Todo el alimento mental energético generado en 3D por los humanos hace aumentar el peso del estómago de la "Mátrix", que engorda. El colchón 3D es mental y está delimitado por costuras de temor, esas leyes y dogmas con las que la "gran ramera" o el Ogro Gigante amenaza a sus esclavos con el castigo si no las cumplen y no les proporcionan comida.

Mátrix pesa mucho, es el mismo estréss que sienten las personas, la prisión de la prisa para que todo esté servido a tiempo, pero sigue sustentándose porque el colchón humano también mantiene su densidad. A la vez, la presión de la "gran ramera" tiende a que el colchón pueda romperse por sí mismo.

Así, cuando un "siervo" recuerda un matiz de la Verdad y pincha el colchón mental o rompe alguna costura, entonces el colchón empieza a deshincharse, como una presa se agrieta o una fuga de gas, de forma que la "Mátrix" con su propio peso, se hunde a 3D, e incluso hasta el "suelo"...

Y todo sin resistencia, que es lo que alimenta a "Mátrix" según las leyes de la energía, sino con recuerdo de la Sabiduría que incluye el conocimiento de la propia energía. Todo es energía y todo es información en el universo. El "amor" no es lo que se piensa, sino recuerdo de la ciencia y el conocimiento: sabiduría.

Por todo esto anuncian las profecías la Caída de Babilonia y se hace realidad el dicho de que todo Imperio tiene su final. Es un proceso totalmente natural y lógico.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Mátrix es cine

Mátrix es una gran película de superproducción o "Mundo" exhibida por las conciencias de todos los humanos desde la cuarta dimensión de lo invisible (La Mente Colectiva).
En un cine las películas se proyectan en una pantalla plana de dos dimensiones desde la tercera dimensión espacial.
Así, la cuarta dimensión sería como el salón lleno de butacas en la que está sentado cada ser espiritual-mental-emocional (invisible) humano y la tercera dimensión sería la pantalla en la que se exhibe la película y en la que cada humano proyecta su proyección física (visible).
Esa pantalla es el propio espacio multidimensional como lo que alberga los diferentes aspectos de un ser humano con los que puede estar identificado: espiritual, mental, emocional, astral, etérico, energético, físico...
La conciencia de cada humano proyecta sobre la pantalla el contenido de su mente, de forma que entre todos crean la gran película.
Así, un ser-humano es el conjunto de su parte invisible como espíritu-mente-emocional... más su parte visible o cuerpo físico.
Por tanto un ser-humano está desarmonizado cuando sólo se identifica con su proyección física. De hecho todos los seres humanos están siempre dentro de la realidad, pero la mayoría aún identificados con sólo su parte visible.
Ello es debido a que su vehículo multidimensional, la conciencia, está bloqueado y estancado en el aspecto físico.
Unos pocos son "Yo no soy de este mundo, pero estoy en el mundo", pues están físicamente en la película, si bien la ven a la vez como espectadores conscientes de sus atributos reales.
La mayoría no puede comprender a la minoría que les intenta decir que para lograr la armonía necesitan
desidentificarse de su personaje en la película. Es como que un espectador pretendiera decirle a un personaje de la película que está viendo, que se salga de la pantalla y se siente con él a ver la película. Sin embargo, el espectador sí está viendo la película y está presente físicamente en la pantalla. Su naturaleza es divina y físicamente humana en una: ser-humano completo, un "todo", un "completo" o un "dios"(="todo").
La mayoría están sometidos al guión de Mátrix, con lo cual aún se ven afectados por las circunstancias de la película creyendo que es ésta la que causa sus "males". Es como quien está viendo una película y se mete de lleno en ella olvidando que está en un cine: se emociona, ríe, llora, etc... pues cree que unas imágenes planas son la realidad, sin ser consciente de que lo que ve en esencia es sólo una pantalla plana y que las imágenes son sólo agrupaciones de píxeles cuya apariencia está destinada a hacerle experimentar emociones.
Y todo ello gracias a algo aún más fundamental: el espacio vacío gracias al cual es posible la proyección.
Una minoría está despierta en su butaca en la realidad siendo consciente de que lo que ve y experimenta es sólo una película tan realista que parece realidad.
Son conscientes de que la proyección es Producto de la Imaginación Colectiva, materialización del pensamiento colectivo, y que dicho pensamiento está dirigido por unos Directores que gracias a los personajes a los que controlan sacan sus propios beneficios económicos.

Comprender-amar al enemigo

Todo sistema de control (Mátrix) y la libertad (Matriz) existe en uno mismo como ser-mental-emocional. El sistema de control es el enemigo al que es necesario amar, conocer y comprender.

La sabiduría es: amad a vuestro enemigo.

El dogma religioso y la ley política son modelos mentales limitados y superficiales creados como señuelos para hacer olvidar a las personas la libertad consciente, su esencia, la verdad que hace libre.

Lo que controla, organiza y limita está para ser comprendido y superado.

En todo sistema de control, el control es necesario para "mantener el control, el orden y la organización", es decir, para que el sistema controle, ordene y organice.

El sistema dirige a los creyentes en él hacia donde le interesa.

El sistema ofrece todo tipo de servicios y comodidades a los creyentes para que sobrevivan, pues lógicamente el sistema sólo existe mentalmente gracias a la existencia de creyentes y su creencia mental (creyentes) en él.

Al tiempo los creyentes han de tributar al sistema y para ello trabajar para él. Los creyentes en el sistema cobran del sistema, si bien después han de devolverle un impuesto por todos los servicios.

Nunca es suficiente. Los creyentes siempre quieren más y se lamentan por pagar impuestos. Pero son los creyentes mismos lo que crean la necesidad de pagar impuestos al aceptar y usar los servicios del sistema de control.

El servicio del sistema de control no es amor, pues es interesado para que sus creyentes crean en él. El servicio del creyente al sistema de control no es amor, pues lo hace por necesidad y obligación.

Los creyentes se convierten así en enconados defensores del sistema mental de control, la fuente mental y material de sus recursos y de su supervivencia, de su vida.

"El que quiera conservar su vida, la perderá, pero el que por Mí la pierda, ese la hallará" (Mí= el Ser-Crístico, la Fuente).

El argumento del creyente en el sistema siempre es que el sistema es necesario. Lógicamente, pues para él es la fuente, y toda fuente es necesaria.

Sin embargo el sistema de control es una fuente mental, temporal y alternativa, pues siempre existe la Fuente esencial, eterna, real.

El propio sistema mental es la tapadera que hace olvidarse al ser-humano como crey-ente (creencia) del Sí Mism@ como ente, como la Fu-ente de la Esencia, el pozo sin fondo de las aguas de la sabiduría.

"De las entrañas de quien cree en Mí, manan ríos de agua viva" (la Fuente o Ser-Crístico).

Los creyentes y dependientes en el sistema de control, creen que lo contrario al control es el descontrol, y le llaman "libertinaje". Creen que la libertad (la verdad que hace libre) es estar controlado por dogmas religiosos y leyes políticas.

Sin embargo la corrupción y la delincuencia ("libertinaje") son frutos del árbol del sistema de control.

El sistema de control se basa en dogmas, leyes, normas y reglas: limitaciones mentales y castigos por su no cumplimiento.

Todo el que "se salta una regla" es porque salta más allá del cerco mental, a la libertad. Y para cada regla existe un castigo por su no cumplimiento.

La creencia en el control, la limitación y el temor al castigo son la puerta mental que crea el bloqueo emocional que encierra al alma en el nivel o dimensión 3D, es la puerta que bloquea al alma su divinidad y multidimensionalidad.

Es la puerta de la "penitenciaría humana" en la que el alma cumple su propia "penitencia" por olvido de la Libertad (o creencia en el sistema de control).

La Libertad es la Verdad que le hace libre.

Si desaparece mentalmente el sistema de control (no creer en él), desaparecen las leyes, los límites, los castigos y los temores, independientemente de que existan en otras mentes.

Es el ser-mental que cree en ellos el que se provoca a sí mismo la emoción de temor como ser-emocional. El ser-mental es el propio condicionante de sí mismo. Si no hay parámetros mentales, no se ejecuta ningún programa emocional destinado al bloqueo.

Así desaparece la puerta mental de la "penitenciaría" y sus muros, techos y suelos mentales.

Sin creencia queda la esencia, queda libertad, la verdad que hace libre, el espíritu (la diosa, dios, la perfección), y es esto lo que hace fluir al alma-mente-cuerpo, carente ya su mente de los parámetros mentales de control, fundida su mente en la mente espiritual.

Los creyentes en el sistema de control "descontrolan" porque no controlan su propio destino, sino que están controlados por el Dios-Control-Mental que les controla.

Los creyentes creen que cumplir el sistema de control les lleva a Dios en el futuro. Por eso su Dios en el presente es el sistema de control.

Los creyentes son conducidos como ciegos por el Dios-control al abismo o al crematorio, como en los campos de concentración.

Los creyentes en el sistema de control, lógicamente juzgan y rechazan todo aquello y aquellos que rompen las reglas de su Padre-sistema, pero que son las propias consecuencias del sistema, y éste está vivo mientras no es comprendido. Y para comprenderlo y superarlo es necesario no juzgarlo.

La sabiduría es: no juzgar.

El sistema de control existe en uno mismo como ser-mental. Es el enemigo al que es necesario amar, conocer y comprender.

La sabiduría es: amad a vuestro enemigo.

Un sistema organizado no tiene futuro ninguno porque sólo existe en el presente, pero a sus fieles les ofrece la creencia en el futuro.

Por ello sus fieles, al mirar y esperar al futuro, no descubren la trampa en el presente.

La genialidad y perfección de Mátrix

Todo esto ocurrió, ocurre y ocurrirá en miles de humanidades en miles de planetas en esta u otras galaxias en este universo.
La genialidad de Mátrix es su capacidad para hacer creer que tiene poder, sin tenerlo.
Una mátrix es como un gran templo mental diseñado por unos pocos jefes ingenieros que ocultan la fuente de la verdad-sabiduría a la mayoría, la cual lo permite, con el fin de que sea ésta la encargada de construir el templo material.
El templo no es nada sin ladrillos ni columnas mentales, por ello estos son los que tienen el poder.
Los ladrillos y las columnas son los que sustentan al templo, y al haber contribuido a su construcción están lógica y plenamente identificados con él.
Los ladrillos y las columnas soportan el peso del templo. Debido a su desgaste, los jefes les proporcionan los recursos y servicios necesarios para recuperar las fuerzas.
Así, los propios jefes se convierten en la fuente que aporta el cemento a los ladrillos y el templo se convierte en su casa.
Ese cemento es dinero.
Los ladrillos son muy diligentes y son responsables para con los jefes y el templo. En ello va su supervivencia,
La consistencia del templo la aporta el trabajo constante de sus ladrillos. Su trabajo es responsable como aportación para que el templo no se venga abajo.
La posibilidad de que el templo se venga abajo supone que la fuente de alimentación se corte. Supone la muerte.
Por tanto, este temor inconsciente anima a los ladrillos a continuar sosteniendo al templo, del cual les han hecho creer que es mandato de Dios, del cual unos creen que vendrá en el futuro a premiar por la labor realizada mientras otros siguen planeando su futuro a largo plazo.
Los ladrillos que dejan de trabajar para el templo o aquellos que tratan de escapar, son juzgados y castigados.
Ser un buen hijo de Dios es ser un buen hijo de Mátrix.
La tapadera de las leyes del templo es que existen para garantizar el orden y la seguridad.
Bajo esa tapadera se esconde la realidad: las leyes del templo existen para controlar y para inducir al miedo al castigo, sea en el propio templo o sea castigo divino en el futuro tras la muerte o el "Juicio Final".
Toda ley-obligación del templo tiene su ley-castigo, de modo que las leyes-obligaciones se cumplen por temor a "perder la libertad", cuando tener que cumplir las obligaciones del templo ya es falta de libertad.
Cada cierto tiempo se modifican, "perfeccionan" y aumentan las leyes del control, cuya quimera es que la perfección se alcance.
Para los constructores del templo, esto es la verdad, y la defienden con uñas y dientes.
Mientras, todo miembro del templo está olvidado de la naturaleza y los principios naturales de la sabiduría en la que fluye.
Sólo la inmovilidad de los ladrillos, atados, encadenados e impedidos por las leyes del templo, materializados por las leyes y formando parte integral del templo, como auténticas piezas incrustadas, es lo único que puede impedir cualquier "peligro", de forma que los jefes lo tengan todo asegurado y controlado mientras gozan de los beneficios.
Toda esa legislación actúa a la vez como una presa a punto de estallar y en la que a cuantas más leyes hay, más rupturas, y más castigos, y más leyes... más control, menos libertad... también más errores, y por ello más descubrimientos de la corrupción que sustenta el templo.
Pues todo el templo está construido con esfuerzo y mérito, mas no con sabiduría.
El templo es una burbuja mental y material en mitad de la libertad abierta de la naturaleza, del planeta y del universo.
El templo se sustenta en dos pilares mentales: el pilar religioso y el pilar estatal.
Los jefes religiosos necesitan conocer y participar de la política, para que ésta no actúe por sí sola y la puedan controlar parcialmente.
Los jefes políticos necesitan ser religiosos para que los jefes religiosos estén contentos con ellos.
Los jefes religiosos o "pastores" llaman a sus fieles "hijos de Dios" u "ovejas".
Los jefes políticos llaman a sus electores "contribuyentes" o "ciudadanos y ciudadanas".
Todos olvidados de su identidad real de seres humanos naturales de un planeta y el universo.
Los jefes de los "hijos de Dios" (filis teos) son los jefes de los "filisteos". El templo es el de los filisteos.
Un "Santo Hijo" o "San-Són" a través del cual la Verdad se extienda por todos los ladrillos y columnas para que dejen de engañarse, puede hacer que las dos torres o pilares del templo se tambaleen y se derrumben por sí mismas junto con el templo mental, pues su "poder" sólo es la creencia en ellos, ignorancia que es olvido de la Verdad-Sabiduría de la Esencia (la diosa-dios), la Fuente Pura.
Todo esto ocurrió, ocurre y ocurrirá en miles de humanidades en miles de planetas en esta u otras galaxias en este universo.